En seguida advirtió que se trataba de un plato muy antiguo y por tanto de gran valor.Entró en la tienda, aparentando desinterés, y le dijo al dueño que le vendiese el gato.
-Lo siento- replicó el dueño-, pero el gato no está en venta.
-Se lo ruego.- insistió el coleccionista. Necesito un gato en mi casa, es urgente , tenga, aquí tiene mucho más dinero de lo que vale.
-Está bien.- contestó el dueño de la tienda cogiendo el dinero.
-Por cierto.- añadió el comprador.-¿Puedo llevarme también ese viejo plato? El gato parece estar muy acostumbrado a comer en él.
-Lo lamento.- replicó el dueño.- El plato no lo vendo . Me trae muy buena suerte. ¡Solo en esta semana he vendido diez gatos , y a muy buen precio.!
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