y que no puedo llorar.
Si mis sentimientos muestro,
cobarde, me llamarán.
Sé que debo de enterrar,
la tristeza en mi jardín.
Y miedo me da pensar,
que allí pueda echar raíz.
Porque al nacer mis flores,
crecerían sin color.
Y mis blancas azucenas,
llorarían mi dolor.
Voy a llevar mi tristeza,
a un frondoso bosque verde.
Para ver si así se pierde,
y me vuelve la ilusión.
¡Pero si de allí volviera!
La llevaría mar adentro,
en una barca sin vela.
Y dejaría que las olas,
manejaran el timón.
Para que su blanca espuma,
me lavara el corazón.
Sé que tengo que dejar de vivir para tu amor...
Porque es un juego de azar,
del que soy el perdedor.
Los naipes con los que juego,
son espada y corazón...
La espada surcó mi cuerpo...
Y el corazón... ¡Me sangró!
Por eso oculto mi llanto,
y ahogo mis sentimientos...
Nadie me dirá cobarde ¡
Si sólo lloro por dentro.
María José Goméz
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