Una madre superiora irlandesa de 98 años, estaba en su lecho de muerte.
Las monjitas de su congregación, la rodeaban e intentaban hacer cómodo su último viaje.
Trataron de darle leche calentita, pero no la quiso.
Una monjita se llevó a la cocina el vaso de leche, recordó una botella de wisky irlandés que les habían regalado por Navidad y le puso un buen lingotazo a la leche.
Volvió al lecho de la superiora y le acercó el vaso de leche a la boca.
La superiora bebió un sorbito, luego otro y antes de que se dieran cuenta, se lo había acabado hasta la última gota.
Las monjitas, que ya la veían mejor, le dijeron:
-Madre, de nos una última palabra de sabiduría antes de morir.
Sin apenas fuerzas, se incorporó un poco y les dijo:
¡¡¡ No vendáis esa vaca.!!!
4 comentarios:
Yeeepppaaaa, de nuevo ¡¡primer!!.
Uyuyuyuy Victorysilcana, te estas volviendo un poco irreverente, una monja bebiendo whisky uyuyuyuy.
¡¡Ya quisiera tener yo esa vaca!!.
Un abrazote.
Me has sacado una sonrisa.
Te dejo muchos saludos.
Sabias sin duda esas palabras, bendita vaca jajaja y nada mejor que una sonrisa para deleitar el final del día y hacerle burlas a la tristeza, deberíamos sonreír mucho mas de lo que lo hacemos...
abrazzzusss
Pues si que les dio un buen consejo, ja,ja. Nada como llegar con alegria al lado de San Pedro. Gracias por las risas y un abrazo
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